A medida que los masajes pasan la pelirroja se excita, permitir que juegue en la conchita la lleva al anal. Piel pálida y buena figura tiene la cliente que se recuesta en la camilla ya desnuda, la toalla apenas cubre nalgas. Manos comienzan a jugar muy cerca de la sensibilidad, dedos acarician levemente arrugados labios vaginales antes que se recueste de frente. Allí irá en segundos, presionando los papos empieza a hacer que su temperatura levante, todo cambia, ahora tan solo está abocado a satisfacerla. Ella busca tímida el bulto del joven que ayuda desprendiendo el pantalón, acercarla a la boca la llevará al oral donde él sigue con manos entre las piernas, es en ese momento que un dedo en la como si nada en el ano, lo deja, ya lo sabe, este masaje termina con anal.












